Un profesor De Albert Einstein, (1879 – 1955), que se consideraba ATEO, quería probar a sus alumnos que Dios no existe, y que si existía era malvado.
– Les preguntó: ¿Creó Dios todo lo que existe? pues si es así, entonces también creó la maldad y si la creo es un Dios malvado”.
Entonces un niño cristiano, Albert Einstein levantó la mano para responder al profesor y lo hizo así:
– El niño preguntó: “¿Existe el frío profesor?”
– El profesor respondió: “Claro que existe el frío muchacho, qué clase de pregunta haces! ¿Acaso nunca has tenido frio?”
– El niño contestó: “De hecho profesor, el frío no existe. De acuerdo a las leyes de la Física, lo que consideramos como frío es en realidad la ausencia de calor.”
– Volvió a preguntar el niño: “Profesor, ¿la oscuridad existe?”
– El profesor respondió nuevamente: “¡¡Por supuesto que existe la oscuridad!!”
– El niño replicó: “Usted se equivoca nuevamente profesor, la oscuridad es la ausencia de luz. Podemos estudiar la luz, pero no la oscuridad.”
Continuó el niño:
– “El mal tampoco existe. Al igual que el frío y la oscuridad, Dios no creó el mal.”
– “El mal es el resultado de lo que sucede cuando el hombre no tiene el amor de Dios en su corazón.”
El niño tomó asiento y todos, incluido el profesor, estuvieron asombrados y le dieron la razón al niño.
Dios si existe, Él es real, más real de que ahora estas respirando. Créele, agradécele y confía que siempre hará lo mejor a tu vida.
Piensa:
Si te has despertado hoy con más salud que enfermedad, tienes más bendición que 200.000 personas que no van a sobrevivir este día.
Si nunca has conocido los peligros de la guerra, la soledad de la prisión, la agonía de la tortura, los dolores del hambre, tienes más bendición que 500 millones de personas en el mundo.
Si puedes ir a la iglesia, sin ser perseguido, arrestado, torturado o asesinado, tienes más bendición que 3 mil millones de personas en este planeta.
Si tienes comida en tu refrigerador, llevas la ropa limpia, si tienes un techo sobre tu cabeza y un lugar seguro en donde dormir, eres más rico que el 75 % de los habitantes del mundo.
Si tienes dinero en el Banco, en tu bolsillo y unas monedas en tu casa, eres parte del 8 % de la población próspera del mundo entero.
Si tus padres están todavía vivos y cerca de ti y valoras su presencia, eres poco común.
Si puedes tomar la mano de alguien, abrazarlo o solamente tocar su hombro, eres bienaventurado, porque puedes ofrecer el toque divino, el amor de Dios que trae consuelo.
Si puedes escuchar estas palabras has recibido doble bendición porque tienes el privilegio de asistir a una iglesia, porque como ya se mencionó 3 mil millones de personas no tienen ese acceso además de que 2 mil millones ni siquiera saben leer.
Si llevas una sonrisa en tu rostro y estás agradecido con Dios porque has aceptado a Jesús como Señor y Salvador, eres parte del 5 % de toda la población mundial que tiene ese privilegio de considerarse salva.
Cuenta tus bendiciones y disfruta la realidad de la existencia de un Dios real, que te ama y garantiza tu felicidad.
“Estad siempre gozosos. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios.” 1 Tesalonicenses 5:16,22.