El Gran Yo Soy

“Al que cree, todo le es posible.”

Fue una de esas llamadas que uno no quieres recibir. Mi día, aunque ocupado, era bastante rutinario hasta que recibí la llamada.

Vi aparecer su nombre en el teléfono mientras estaba trabajando en el auto, esperando para recoger a una de mis hijas de la práctica de baloncesto.

Ernesto, me preguntó, enseguida pude oír que algo no iba bien desde el momento en el que dijo mi nombre.

Hola Ricardo, ¿Cómo estás?, que bueno oírte.

Mientras hablaba, mi mente pensaba en cuál podría ser el problema. Había visto en Facebook esa semana que un conocido común había muerto de cáncer y pensé que la llamada se trataba sobre eso. Me equivoqué.

“¿Tienes un minuto?”

“¡Por supuesto! ¿Qué sucede?”

Durante los siguientes 20 minutos, el tiempo pareció detenerse mientras me daba las noticias que me rompieron el corazón. “Tengo cáncer en la próstata”.

Me compartió cómo se había estado sintiendo y que había ido al médico hacía poco. Una visita llevó a otra y a varios escáneres. Dos masas se encontraron en su próstata. Iba a necesitar una operación.

Mi corazón se hundió al escuchar las noticias. Me sentí como si alguien me hubiera golpeado en el estómago. No estaba preparado para esas noticias. Fue como si me quitaran el aliento y ya no pudiera respirar. Estaba en shock. El, por supuesto, me aseguró que todo estaría bien. Se sanara o fuera al cielo, su salvación es segura.

Más tarde esa semana lo operaron y fuimos muy optimistas por los comentarios del cirujano. Todas las masas se habían retirado con éxito y no se había encontrado cáncer en los nódulos linfáticos. Se hicieron biopsias y todo lo que podíamos hacer era esperar el resultado para ver la etapa del cáncer en la que estaba.

Por el éxito de la operación y por saber que el cáncer no había progresado al sistema linfático, nos sentimos positivos.

Y entonces recibí otra llamada. El cáncer estaba en estado 4. Le dieron un año hasta que las masas volvieran a aparecer. Mi corazón se rompió. Esta vez, cuando hablé con él por teléfono, no pude contener las lágrimas por mucho que lo intentara. Tenía que ir a verlo.

Semanas más tarde me vino a recoger al aeropuerto. En el camino a su casa,  fui directo al grano.

Es muy difícil recibir este tipo de noticias. Pensamientos como, “¿Por qué yo?” “Por qué ahora?” invaden tu mente.Hablamos sobre eso. Lo bueno, o malo e incluso lo feo, la verdad que me rompía las entrañas.

No era lo que él quería. No era como había visionado su vida. Estaba finalmente en sus años de retiro. Tiene cinco nietos menores de 7 años, ¿lo recordarían? La conversación fue cruda y honesta. Y entonces, tomó un giro.

 Cuando veo la vida a través de mis ojos, entonces nada tiene sentido. No es justo. Pero sabes, Ricardo, mi vida no trata sobre mí mismo, mi vida es para Su Gloria.

 La dura verdad de la cuestión es que tiene toda la razón.

Todos los llamados de mi nombre; para Gloria mía los he creado, los formé y los hice. – Isaías 43:7

Como vemos, Satanás trata de tentarnos al pensar que nuestras vidas tratan sobre nosotros mismos. Pero no es así. Cuando escogemos vivir nuestra vida a través de Él en lugar de nosotros, nos damos cuenta de que la vida no se trata sobre ti o sobre mí. Fuimos hechos, creados y formados de manera única para Su Gloria, no la nuestra.

Una vez que cambiamos el lente a través del que vemos las cosas, los tiempos difíciles, las decepciones y las pruebas toman una nueva luz. En lugar de verlo como algo negativo, escogemos verlo como una oportunidad única. Cuando escogemos dar a Dios la Gloria y alabarle en medio de nuestros sueños rotos y nuestra dura realidad, el mundo se da cuenta.

Una cosa es dar a Dios la Gloria y alabarle por las cosas buenas, por los días fáciles. Es totalmente diferente, incluso sobrenatural, poder hacerlo en medio de nuestro dolor.

Durante años, Ricardo ha hablado de la diferencia que Dios hizo en su vida, ahora lo está mostrando. Cuando escogemos no darle a Satanás la tentación de ver nuestras vidas a través de la lente del “yo”, sino verla a través de la lente de Cristo, nuestras vidas tienen un propósito mayor.

En lugar de centrarnos en nosotros mismos, nos centramos en el ministerio. Nuestro dolor, problemas y preocupaciones pasan de no tener sentido a tener propósito cuando escogemos verlos como oportunidades para dar a Dios la Gloria.

No sé qué puedes estar atravesando tú, pero Dios ni se ha alejado ni se ha olvidado, ni te ha abandonado, solo está llevando adelante su programa que aunque quizás ahora no se halle sentido, ni lógica humana , al final se glorificará su nombre y se le dará gracias por hacer siempre lo mejor.

Ama a Dios Grandemente,

¿A quién le dijo Jesús: no te he dicho que si creyeres?   Se lo dijo a Martha.  Las circunstancias lógicas y naturales de la vida le decían a Martha que todo estaba perdido. Su hermano había muerto. No había esperanza. Pero, Jesús le recordó que de esto ya habían hablado anteriormente.

Al igual que a ti, Dios ya te ha hablado, y Dios te habla hoy y te dice:

Marcos 9:23   Al que creyere, todo le es posible.

 Si Él ya te lo ha dicho antes, no tienes por qué temer hoy. Las circunstancias de antes, son tan obscuras como las de hoy, pero también Dios sigue siendo el mismo, ayer, hoy, y por los siglos, y El Dios que te salvó hoy, te salvará mañana, al igual que te salvó ayer.

Bendiciones mil.

Rev. Samuel Columbié.

La Iglesia Bautista Resurrección.

 

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