Diga “No!” al Fracaso

Qué hacer ante la derrota y el fracaso.

Aunque el nombre de Lincoln es sinónimo de esperanza y libertad, no puede ser ignorado que muchos de los capítulos de su vida se caracterizaron por el dolor, la angustia y el fracaso. La vida de este famoso personaje fue marcada por diversas experiencias adversas que demandaron de él una firme respuesta.

La historia registra que antes de llegar a la cúspide, el decimosexto Presidente de los Estados unidos soportó una cadena de adversidades poco envidiable. Previo a su victoria como político y líder, experimentó tiempos difíciles en varias áreas de su vida. Sufrió golpes que lo tambalearon hasta casi derribarlo y pérdidas que lo estremecieron amenazando su paz y felicidad.

El record de caídas, fracasos y derrotas de Lincoln es largo y extenso. La primera prueba de fuego fue de carácter económico. Su negocio quebró. Luego de esta mala experiencia sufrió una cadena de reveses que parecía no tener fin. En 1832, perdió las elecciones para conseguir un puesto en la Legislatura. En 1834 fracasó por segunda vez en el campo de los negocios. En 1835 murió su novia. En 1836 tuvo una crisis nerviosa que casi lo lleva al suicidio. En 1838 perdió por segunda vez en sus aspiraciones para un puesto político. En el periodo de 1843 a 1846 fue derrotado en varias ocasiones al intentar ocupar una silla en el Congreso de la nación. En 1856 fue derrotado cuando se postuló para vicepresidente. En los años 1855 y 1858 perdió la elección para una posición en el Senado. Como si esto fuera poco, en más de una ocasión sufrió severas depresiones que lo debilitaron emocionalmente. Sin embargo, a pesar de este patrón de innumerables derrotas y decepciones, Abraham Lincoln logró lo impensable. En el año 1860 se levantó de todos sus fracasos y venció en las elecciones presidenciales, convirtiéndose así en el decimosexto presidente de los Estados Unidos.

La historia de este hombre me mueve a hacer las siguientes preguntas, ¿Cómo logró Abraham Lincoln superar sus fracasos? ¿De dónde obtuvo las fuerzas para levantarse y lograr el triunfo? ¿Qué le permitió hacerlo? Algunos contestarían estas interrogantes afirmando que este hombre era un tipo “incansable”, sabía lo que quería y aunque seguramente cada uno de sus “fracasos” lo tumbaba por momentos, ninguno de ellos logró quitarle el deseo de volver a empezar. Otros darían crédito a su tenacidad y determinación para no dejarse vencer fácilmente por las derrotas. No faltaría el que dijera que alcanzó el éxito gracias a su espíritu de perseverancia.

Su confianza estaba en Dios, por eso triunfo pese a las situaciones a las qué se enfrentó

“MAS JEHOVA ME HA SIDO POR REFUGIO, Y MI DIOS POR ROCA DE MI CONFIANZA.”

Salmos 94.22.

Qué no es fracasar.

Fracasar no significa que somos fracasados… lo que sí significa es que todavía no hemos triunfado.

Fracasar no significa que no hayamos logrado nada… lo que sí significa es que hemos aprendido algo.

Fracasar no significa que hemos sido unos tontos… lo que sí significa es que teníamos mucha fe.

Fracasar no significa que nos hemos desgraciado… lo que sí significa es que estuvimos dispuestos a intentarlo.

Fracasar no significa que no tenemos lo que se necesita… lo que sí significa es que necesitamos hacer algo de manera diferente.

Fracasar no significa que somos inferiores… lo que sí significa es que no somos perfectos.

Fracasar no significa que hemos desperdiciado nuestra vida… lo que sí significa es que tenemos una razón para comenzar
de nuevo.

Fracasar no significa que debiéramos rendirnos… lo que sí significa es que debemos intentarlo con más fuerza.

Fracasar no significa que nunca lo lograremos… lo que sí significa es que nos tomará un poquito más de tiempo.

Aún cuando tu caída haya sido desastrosa, recuerda que Dios saca provecho de todo, si con mi corazón humilde, reconozco y me dejo guiar por su mano poderosa.

Dios me libró de caer en la tumbaestoy vivo y disfruto de la luz! Job 33:28

Sólo una cosa te pido: si acaso llego a caer, no les concedas el gusto de burlarse de mí. Salmo 38:16.

Yo estuve a punto de caer, y poco me faltó para que resbalara. Salmo 73:2.

Rev. Samuel Columbié.

La Iglesia Bautista Resurrección.

search previous next tag category expand menu location phone mail time cart zoom edit close