NO HAY DESPROPOSITO EN DIOS.
Deuteronomio 1:26-28
Deut. 26:1 Sin embargo, no quisisteis subir, antes fuisteis rebeldes al mandato de Jehová vuestro Dios; 27 y murmurasteis en vuestras tiendas, diciendo: Porque Jehová nos aborrece, nos ha sacado de tierra de Egipto, para entregarnos en manos del amorreo para destruirnos. 28 ¿A dónde subiremos? Nuestros hermanos han atemorizado nuestro corazón, diciendo: Este pueblo es mayor y más alto que nosotros, las ciudades grandes y amuralladas hasta el cielo; y también vimos allí a los hijos de Anac.
¿Alguna vez te has sentido como que estabas mejor en el mundo que con Cristo? Probablemente sí, los hijos de Dios muchas veces pensamos que en el cristianismo todo es una cama de rosas, y cuando nos damos cuenta que no es así entonces nos desilusionamos mucho. Es en este momento cuando muchos deciden darle la espalda a Cristo y regresar a lo que vivían en el mundo.
El pueblo de Israel estaba por entrar a la Tierra Prometida y Moisés hacía un recuento de todo lo que había sucedido durante más de 40 años. En este pasaje él les recuerda cuando estuvieron a punto de conquistar la tierra pero se dejaron atemorizar por los gigantes. Pero no solo tuvieron temor, también murmuraron contra Dios. En la Biblia, Egipto es un cuadro del mundo. Israel sale de Egipto pensando que todo iba a ser maravilloso porque Dios los había sacado. Cuando tienen que enfrentar problemas entonces murmuran y prefieren seguir en la esclavitud en la que estaba en Egipto. Lo que no sabían es que todas esas pruebas y dificultades eran necesarias para formar su carácter en Dios y para que la recompensa fuera aún más dulce.
En nuestra vida sucede lo mismo. Las pruebas que enfrentamos no son para desanimarnos ni porque Dios quiere destruirnos. Por el contrario, son para medir que tanto amamos a Dios y cuanto confiamos en su Palabra. Si nos detenemos un momento a pensar que somos extranjeros en esta tierra y que nuestra morada es eterna, entonces podremos entender que todo lo que vivimos en esta tierra es una preparación para algo MARAVILLOSO que está por suceder.
Hoy quiero motivarte a que no importa cuál sea tu situación ni la difícil prueba que estés atravesando, recuerda que Cristo te ama y que el promete estar siempre a tu lado para levantarte y que en su hombro puedes descansar.
Dios no juega a los dados con su iglesia, ni con los suyos, El tan solo mueve sus fichas para lograr grandes bendiciones en ellos, y que en nuestro carácter nos asemejemos a Él.
“AL QUE CREE, TODO LE ES POSIBLE”
Que Dios nos bendiga,