La Serpiente y la Luciérnaga

thG9WIBHIQ

La serpiente y la luciérnaga

Cuenta una fábula que en cierta ocasión una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga; ésta huía muy rápido y llena de miedo de la feroz depredadora, pero la serpiente no pensaba desistir en su intento de alcanzarla. La luciérnaga pudo huir durante el primer día, pero la serpiente no desistía, dos días y nada, al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga detuvo su agitado vuelo y le dijo a la serpiente: ¿Puedo hacerte tres preguntas? No acostumbro conceder deseos a nadie, pero como te voy a devorar, puedes preguntar, respondió la serpiente. Entonces dime:¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?¡No!, contestó la serpiente. ¿Yo te hice algún mal?¡No!, volvió a responder su cazadora. Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo?¡Porque no soporto verte brillar!, fue la última respuesta de la serpiente.

Muchos de nosotros nos hemos visto envueltos en situaciones donde nos preguntamos:¿Por qué me pasa esto si yo no he hecho nada malo?Sencillo… porque hay algunos que no soportan verte brillar. La envidia es uno de los peores sentimientos que podemos tener.El hecho de que envidien tus logros, tu éxito, etc., ¡que envidien verte brillar! te va a afectar en más de una ocasión, pero cuando esto pase, ¡no dejes de brillar! Continúa siendo tú mismo, sigue dando lo mejor de ti, sigue haciendo lo mejor, no permitas que te lastimen, no permitas que te hieran… ¡Sigue brillando y no podrán tocarte!, porque tu luz seguirá intacta, porque siempre habrá quien te apoye, porque tu huella permanecerá, porque el recuerdo de lo que fuiste e hiciste quedará, ¡pase lo que pase!

“Vosotros Sois la Luz del Mundo”

Mateo 5: 14-16

———————————————————————————–

PARA REIR

Fábula

Estaba un hombre caminando por la playa, de repente alzó los ojos al cielo y con toda la devoción que pudo, pidió a Dios que le concediera un deseo. Dios al verlo se apiadó de él.Pedid y se os dará, exclamó una voz desde lo alto.

Mira Dios, tengo una novia que vive en España, yo vivo en Mallorca y me cuesta mucho ir a verla, ¿No podrías construirme un puente que una las islas con la península?

Eso que me pides, respondió Dios, es un trabajo muy materialista. Tendría que erguir grandes pilares de hormigón que profanarían mis océanos. Debería emplear cientos de toneladas de hierro y asfalto, reflexiona hijo mío, pídeme algo que me honre y glorifique.A lo que el hombre respondió:

Me he divorciado tres veces, me gustaría tener el don de saber escuchar a las mujeres, comprenderlas, saber por qué dicen no cuando quieren decir sí y viceversa, qué quieren decir cuando callan, por qué lloran sin motivos, ¿Cuál es el secreto para hacer feliz a una sola mujer?

Dios desde lo alto carraspeó y respondió a su deseo con una pregunta:

¿Y de cuántos carriles dices que quieres el puentecito?

search previous next tag category expand menu location phone mail time cart zoom edit close